Reflexiones sobre la afectividad en el espectro autista
Reflexiones sobre la afectividad en el espectro autista
escrito por Manu Romero
Mi vida como persona autista ha estado siempre marcada por todas las cosas que me han identificado: mi poco contacto ocular, mi facilidad para enfocarme profundamente en un algo, y bueno… Ser autista me ha dado cosas buenas, pero también cosas malas.
Hay un ámbito de la vida que es bastante trascendente para todos, pero en general nos resulta muy difícil de gestionar a nosotros en concreto: la afectividad.
No es nunca fácil gestionar sentimientos de atracción romántica y sexual, y en muchos casos el abrirse emocionalmente a alguien implica ser blanco perfecto para posibles problemas: falta de comprensión en una pareja, engaños, mentiras, ocultaciones… En las personas autistas, mayoritariamente, esto es un problema mucho mayor. Nos suelen ver menos hábiles para gestionar la comunicación no literal que es importante a la hora de abrirse a alguien.
No es nunca fácil gestionar sentimientos de atracción romántica y sexual, y en muchos casos el abrirse emocionalmente a alguien implica ser blanco perfecto para posibles problemas: falta de comprensión en una pareja, engaños, mentiras, ocultaciones… En las personas autistas, mayoritariamente, esto es un problema mucho mayor. Nos suelen ver menos hábiles para gestionar la comunicación no literal que es importante a la hora de abrirse a alguien. Además, a muchos de nosotros nos cuesta mantener un contacto físico intenso, por nuestra hipersensibilidad sensorial.
Son problemas añadidos a una cosa tan complicada de entender como es el amor. Por ellos, muchas veces somos utilizados al devenir de las personas que nos gustan, y nos cuesta darnos cuenta dado el sentimiento tenido. Es algo triste de reconocer, y complicado de gestionar si nos pasa.
Pero, dejando todo esto aparte, hay que dejar clara una cosa: los autistas SÍ podemos tener una vida afectiva y sexual plenas.
Nuestros gustos afectivos pueden ser los mismos que con las personas neurotípicas: nos pueden gustar las personas bonitas, con el pelo de x color, con la cara más redonda o menos, simpáticas, agradable, etc. Pero me doy cuenta de una cosa.
Muchas personas autistas, cuando nos enamoramos, convertimos a la persona(s) que nos gusta en nuestro interés especial. Llegamos a conocer bastantes cosas de la otra persona, expresamos una empatía hiperbolizada cuando manifiesta un sentimiento grande (bueno o malo), etc. A veces nos llegamos a enamorar enormemente de alguien por cosas muy profundas y poco sutiles a priori, como la calidad humana, la inteligencia, o el cariño con el que nos trata.
Por mi parte, suelo pensar mucho en el concepto de "amor puro", y lo sustento en tres pilares: complicidad, sinceridad y confianza… En mi caso concreto, concibo así los sentimientos afectivos que más me gustaría tener.
La confianza, en una relación amorosa, hay que cuidarla con diálogo constante, pues una relación sin comunicación puede llegar a acabar de una forma muy dolorosa, si por al menos una de las partes se generó un sentimiento intenso…
Por otro lado, la plena sinceridad es un ideal que a veces es complicado de llegar a él, pero que es fácil cumplir en términos mínimos… Si la sinceridad se rompe, nuestra mente se llena de preguntas: "¿Por qué?" "¿Qué he hecho mal en la relación?" Estas preguntas nos llevan a una espiral de incertidumbre, traducida en tristeza generalizada.
La complicidad va bastante ligada al tema de la sinceridad, pero básicamente consiste en "si yo quiero a esta persona, voy a demostrar que la quiero de una forma que nos resulte buena a los dos". Es esto, sin embargo, peligroso, pues lo que a una persona le puede parecer "amor", a otra le puede parecer "otra cosa".
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La complicidad va bastante ligada al tema de la sinceridad, pero básicamente consiste en "si yo quiero a esta persona, voy a demostrar que la quiero de una forma que nos resulte buena a los dos". Es esto, sin embargo, peligroso, pues lo que a una persona le puede parecer "amor", a otra le puede parecer "otra cosa". La idea es dar lo que recibes, que tanta energía mental te ha costado dar, respetando tiempos y costumbres de la persona que nos gusta, pero asegurándonos de que nos hacemos cómplices de nuestra historia juntos, los momentos bonitos y los feos…
Es digno de mencionar que dentro del espectro autista, hay también otra lucha seguida por muchos, la del colectivo LGTB+. Doble lucha contra estigmas, falsedades, prejuicios… Las personas dentro del colectivo LGTB+ solo quieren manifestar libremente su voluntad de querer amar o tener algo con quien les dé la gana, y es algo que tenemos que normalizar. ¿Desde cuándo está mal amar a alguien? ¿Es que hay que amar a x tipo de personas porque sí?
Yo, en mi caso personal, me considero heterosexual, soy un chico al que le interesaría ser acompañado, en la aventura de la vida, de una chica… Creo que me sería muy complicado fijarme solamente en "lo que veo" de alguien, me es más cómodo ver en las personas lo que aportan al mundo y a sí mismos, en la forma de la inteligencia y la pureza moral. Mucha gente me dice que sea "de otra forma" con este ámbito, otra gente me dice que no me preocupe tanto… Pero pienso y siento que dar amor a alguien es lo más bonito que se puede hacer en este mundo, cueste lo que cueste el lograrlo.
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